Bild
Lilli Doll. De icono sexual a juguete para niños.
Era
vendida como objeto sexual para el deleite de los hombres
alemanes a mediados de los años cincuenta, hasta que la empresaria
Ruth Handler (4 de noviembre de 1916- 27 de abril del 2002),
co-fundadora de la empresa Mattel compró los derechos
de producción durante un viaje a Europa inspirada por las necesidad
de su hija Barbara de jugar con muñecas que pareciesen mujeres más
adultas.
El
9 de marzo de 1959, en la feria del juguete de Nueva York,
Ruth Handler presentó a su nueva y femenina muñeca
reinventada a la que llamo Barbie, en honor a su hija
Bild
Lilli. La caricatura.
Tira
de presa de Lilli.
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El
24 de Junio de 1952 el editor del periódico alemán Bild o
Bild-Zeitung le solicita al dibujante Reinhard Beuthien
que cree un dibujo animado para rellenar un espacio vacío. La
primera propuesta que le ofreció a su superior fue la de un bebé,
pero fue rechazada, así que Reinhard tuvo que volver a su
mesa de trabajo y ponerse de nuevo a dibujar; está vez crearía a
una mujer con curvas muy definidas y una larga cola de caballo. Había
nacido Lilli.
Lilli.
Del papel a la fábrica.
Lilli
tuvo un éxito sin precedentes, tanto es así que su creador se vio
en la necesidad de caricaturizar a la muñeca cada día. Lilli
ofrecía una imagen suave y desenfada. Era elegante, atrevida y por
supuesto ambiciosa, y no tenía ninguna clase de reparos en hablar
abiertamente sobre el sexo.
Su
imagen de secretaria trabajadora ensombrecía a sus deseos de
conseguir dinero fácil y rápido, en su búsqueda por encontrar a un
hombre rico que la mantuviese.
Tras
el éxito adquirido con los dibujos, el periódico alemán Bild
contacta en el año 1953 con un comerciante llamado Max
Weissbrodt, quien bajo los diseños de su creador Reinhard
lleva a su chica de papel Lilli al mundo de las fábricas para
su producción.
La
muñeca sale a la venta ese mismo año en dos tamaños: una de 30 cm
y otra más pequeña de 19 cm. Modelada y pintada, Lilli
presentaba un rostro femenino y más adulto que en los dibujos, pues
tenía la cara pálida, las cejas arqueadas, las uñas y los labios
pintados de un tono rojo intenso y su cuerpo estaba adornado con
joyas. Con el paso del tiempo los materiales fueron evolucionando, lo
que redujo significativamente el precio final, pues ya no tenía
intrincados hierros en el interior de su cuerpo, sino que la materia
prima era plástico, más económico.
El
éxito estaba asegurado, o al menos eso fue lo que pensaron en un
principio, y aunque la muñeca Lilli se vendía en bares y
estancos, fueron los más pequeños de la casa quienes vieron en
aquella diminuta mujer a su inseparable amiga de juegos.
La
muñeca del público infantil.
Lilli.
La muñeca de los niños y coleccionistas.
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Los
comerciantes no daban crédito, y muchos padres eran reacios a dejar
jugar a sus hijas con un juguete “sexual” (debido a sus
desarrollados atributos), así que los comerciantes se dieron cuenta
de que sí armonizaban la imagen de la muñeca el gran público se
volvería extasiado ante la idea de adquirir los complementos y
propiedades de su nueva amiga de juegos. Así fue como se creó un
gran mercado de merchandising en torno a la inocente imagen de una
caricatura que siempre vivió intentando alcanzar el sueño de ser la
rica esposa de un millonario, convirtiéndose en un éxito que fue
exportado a un gran número de países.
Este
artículo ha sido escrito por Akasha Valentine
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